Actividad reservada
El asesoramiento financiero desde la transposición de la MIFID I en 2007 es una actividad reservada y regulada que necesita autorización previa para su ejercicio y que se halla bajo la supervisión de la CNMV, por tanto es un servicio restringido a quienes estén previamente autorizados para prestarlo.
Sólo pueden ejercer esta actividad los Bancos que tengan dicha actividad definida en su programa de actividades y las Empresas de Servicios de Inversión (ESI) que a su vez son : Agencias de Valores (AV), Sociedades de Valores (SV), Sociedades Gestoras de Carteras (SGCI) y las Empresas de Asesoría Financiera (EAF). Esta última se crea con la MIFID I bajo la nomenclatura de "EAFI" y se caracterizan por tener una única actividad reservada, el servicio de asesoramiento financiero. Entendido este como la realización profesional y remunerada de recomendaciones personalizadas a un cliente sobre instrumentos financieros.
El 30.04.2009 se inscribe en el registro de la CNMV la primera EAF en España.
Con la MIFID II en 2018 se modificó la nomenclatura de las EAFI´s que en adelante se denominarían EAF.
Con la nueva Ley del Mercado de Valores y Servicios de Inversión (LMVSI) del 2023 se crea la nueva figura EAFN o Empresa de Asesoramiento Financiero Nacional para personas físicas o jurídicas.

Las Gestoras de fondos de inversión son las empresas que tienen por actividad la selección y compra de activos que formaran parte del patrimonio del fondo, estableciendo un símil podríamos decir que las Gestoras se asemejan a la "fabrica" la cual produce los productos (fondos de inversión).
La Banca bien a través de su red de sucursales y oficinas (anteriormente) bien a través de su red de agentes financieros (internos o externos) como lo esta haciendo actualmente, se encarga de distribuir los fondos de inversión (productos) a cambio de un comisión o incentivo, que recibe de las Gestoras (fabrica) en forma de retrocesión.
El inversor cuando realiza una inversión en fondos de inversión soporta una comisión de gestión cargada por la sociedad gestora (fábrica) al valor liquidativo de sus participaciones. Por tanto el valor liquidativo esta neto (ya descontado) de la comisión de gestión. Es lo que se denomina comisión implícita.
El problema es que según datos sólo un 30% de los inversores minoristas son conscientes del impacto de dichas comisiones en la rentabilidad final de sus inversiones, como no son conscientes del pago porque se detraen diariamente del VL de sus participaciones en fondos, sino son informados debidamente, no son conscientes del pago.
La comisión implícita, pagada por el inversora a la gestora (comisión de gestión) es a su vez la retrocesión o comisión liquidada por la gestora a la banca por realizar la función de distribución de sus productos. Dicha retrocesión representaba en 2016 el 64% de total de ingresos de la gestora, actualmente ronda el 50%.
Este factor "retros" es fundamental para entender los conflictos de interés que existen entre la fabrica (gestora) y la empresa comercial (Banca) que realiza la intermediación de los productos (fondos). Porque quien te esta "asesorando" un fondo (Banca) a su vez recibe su retribución de la fabrica (gestora) y no del cliente (inversor).
Es prioritario entenderlo para poder valorar en su contexto la figura del asesor financiero independiente, el cual por prestarte el servicio de asesoramiento en materia de inversión a través de recomendaciones ajustadas a tu situación personal y perfil de riesgo, recibirá como contraprestación por sus servicios una comisión explícita que serás tu quien se la pagarás y no un banco. Por tanto dicho asesora trabaja para ti y no para una empresa privada que tiene sus propias y lícitas obligaciones para con sus accionistas (propietarios de la compañía).
Las clases limpias de fondos (clean share classes)son aquellas que no incluyen retrocesiones para el distribuidor por lo que son mucho mas baratas que las clases convencionales de fondos. El ahorro medio de pasar de una clase convencional de fondo a otra limpia esta entorno al 30% (Fund People_23.05.23_"Cuanto puede ahorra un inversor si invierte en clases limpias").
En la distribución de fondos por parte de la Banca y durante la etapa previa a la entrada en vigor de la MIFD I (2008), la Banca realizaba casi en su totalidad la labor de distribución de fondos de inversión a través de un modelo de red de oficinas-sucursales propias mediante la mera colocación de producto (venta pura comercial) y utilizando arquitectura cerrada o la comercialización de una limitada oferta de fondos de inversión pertenecientes a la Gestora del propio grupo empresarial. El cliente (inversor) tenia acceso sólo a los productos de la gestora del propio banco sin poder acceder al universo de oferta de fondos tanto locales como extranjeros.
En España con la entrada en vigor de la MIFID II se transforma el modelo de negocio de la Banca en cuanto a la distribución de fondos: reducción drástica de oficinas y personal, aumento de la red de agentes para ofrecer el servicio de asesoramiento no independiente y poder seguir percibiendo las retrocesiones. Junto con la utilización de una arquitectura guiada , la cual incorpora un mayor número de fondos de terceros pero todavía con limitiaciones. Normalmente si lees la letra pequeña de los contratos, en un % elevado sigue imponiendo la contratación de fondos de la gestora del grupo , 60% o más.
Por un lado tenemos la limitacion en la oferta de fondos: sólo podemos escojer los que nos permite la entidad en la que trabaja el agente.
Por otro lado tenemos un claro conflicto de interés porque quien nos esta asesorando percibe su retribución de su banco no de ti y este a su vez cobra de la gestora por los fondos de inversión distribuidos por sus agentes, o sea los agentes tiene incentivos para asesorar unos productos frente a otros, sin considerar si son los más óptimos para tu situación personal, económica y perfil de riesgo.
En mi opinión dicho conflicto de interés se elimina mediante el cobro por parte del asesor financiero independiente de una comisión explícita liquidada por el mismo cliente al asesor, puediendo este seleccionar los activos financieros del total de la oferta disponible según se adapten mejor a las necesidades del cliente.
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